MARCA PERSONAL

Hoy es un buen día para reflexionar sobre la marca personal.

Un maestro de obras, aparejador, arquitecto técnico o ingeniero de la edificación no nace ni se forma como tal, es la experiencia, la suma de errores, el trato con un sinfín de expertos y no tan expertos en la materia, experiencias compartidas o propias, la que lo forjan a ser un profesional de la ejecución, recalco ejecución y no construcción o edificación.

Y, años dedicados a la formación, le exponen a mucha teoría, cálculos, procesos, normativas, todo un coctel de disciplina cognitiva encaminada a la obtención de un título que otorga licencias estatales para desempeñar una función social, pública o privada, al servicio de la sociedad.

Es también, la personalidad junto al carácter de cada uno, los que determinan el camino a recorrer. Hay muchas formas de afrontar el día a día, los problemas, sus soluciones, el minuto a minuto de su labor como materializador de ideas establece su avance y desarrollo profesional como una de las funciones principales.

De lo que decimos. Ver, escuchar, observar y opinar. Cada vez que rompamos el silencio que sea para mejorarlo. Cuando afrontamos un problema, tiene un claro desarrollo, recopilamos las condiciones que giran en torno al problema, echamos mano de todo lo aprendido en nuestra formación, y comenzamos a plantear y exponer hipótesis.

El momento de la acción. Con los recursos que contamos, empezamos a acotar el problema, tomando decisiones que consumen tiempo y recursos.

“La Actitud es una pequeña cosa que marca una gran diferencia”.  Winston Churchill

Os podría contar un sinfín de experiencias, todas ellas con el mismo patrón de planteamiento, desarrollo y conclusión, porque, al fin y al cabo, lo que nos hace únicos es nuestra forma de estructurar y plantear aquello que tenemos entre manos.

Soluciones, muchas. Cada experiencia nueva enriquece a las anteriores y ayuda a fortalecer los nuevos planteamientos y soluciones que nos van surgiendo en el camino.

También hay que tener en cuenta lo siguiente, el trabajo mayoritariamente que desempeñamos es un trabajo nómada, normalmente nunca se repite un problema de las mismas características ni en el mismo lugar con las mismas condiciones.

Otra cosa sería dedicarse a una producción industrializada, lo que permitiría establecer unos patrones marcados con una producción en serie, lo cual acotaría con mayor facilidad el problema y daría pie a una mayor producción y resultados en menor tiempo y al menor coste.

Nada que ver con la ardua tarea generalizada y artesanal que se desempeña en la mayoría de los casos, lo que dificulta, tanto el control de la producción, como de los recursos materiales y humanos, encareciendo todo esto los costes, pero esto lo hablaremos en otro post.

Toca destacar que nuestra labor no es para nada fácil teniendo en cuenta que el control de la cadena de producción no supera ni el 70% de todo lo que hacemos, pues un control total supondría un exceso de costes que nadie está dispuesto a asumir.

O sea que, a modo de conclusión, la actitud de un técnico y su avance hipotético cognitivo determinarán su impronta en el tejido profesional posicionándole en el lugar que le corresponde.

Sin más, espero haber reflejado superficialmente la importancia de la marca personal que tiene esta profesión, y si no, por lo menos os habré dejado un consejo al leer las iniciales de cada párrafo.

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